domingo, 2 de junio de 2013

El miedo ante el sacrificio posicional


El miedo ante el sacrificio posicional



El sacrificio posicional en ajedrez es un recurso rodeado de importantes cuestiones psicológicas. Un sacrificio puramente táctico busca una compensación material inmediata, recuperando el material entregado o consiguiendo un ataque decisivo. Sin embargo, los sacrificios posicionales son entregas de material con las que se consiguen algunas ventajas en la posición que normalmente no son decisivas de inmediato. El sacrificio posicional de peón y el sacrificio posicional de calidad son los más frecuentes. Os recuerdo que si estáis interesados en aprender más acerca de este tipo de sacrificios posicionales de calidad podéis ver la clase de ajedrez en vídeo de este enlace.


El apego que sentimos hacia el material, probablemente por la manera en que aprendemos a jugar (dando tanta importancia al valor numérico que se nos enseña que tiene cada pieza), impide en muchas ocasiones que realicemos entregas como las que estamos describiendo. El sacrificio posicional de calidad, una de las especialidades del legendario campeón del mundo Tigran Petrosian, suele ser especialmente interesante en dos casos: cuando no existen columnas abiertas (esto hace que las torres no sean tan valiosas) y cuando sirven para deteriorar la estructura de peones enemigos. También podríamos hablar de la pérdida de control del centro que sufre el bando al que realizan un sacrificio de calidad en f3 o c3 (f6 o c6 en caso de las negras), como ocurre con relativa frecuencia en algunas posiciones de la Siciliana (en c3) o de la Francesa (en f3).


Pero como decía al principio, el sacrificio posicional está rodeado de importantes cuestiones psicológicas. Precisamente este tema surgió recientemente en las clases de ajedrez para adultos que imparto en Úbeda, en donde asistíamos en directo (por internet) al sacrificio posicional de calidad de Leinier Domínguez que ha inspirado este artículo.


Con cierta frecuencia encuentro alumnos que llegan a valorar un sacrificio posicional, llegando incluso a la conclusión de que podrían alcanzar una posición superior en caso de efectuarlo, pero sin embargo no se atreven a hacerlo. El materialismo, pecado capital del ajedrez por excelencia (una vez más tenemos que mencionar a Rowson), hace que la mano temblorosa del jugador no sea capaz de realizar la jugada. En realidad esto ocurre también , en ocasiones, con sacrificios de ataque, pero suele ser más frecuente en estos sacrificios posicionales de los que nos ocupamos.


En más de una ocasión he mantenido conversaciones como la que paso a describir, al analizar una partida que acaba de jugar un alumno y comentar con él el momento en que no ha realizado el sacrificio:


ALUMNO: Aquí pensé este sacrificio posicional.


YO: ¿Y a qué conclusión llegaste?


ALUMNO: Me parecía que llegaba a una posición muy buena, no veía cómo podía jugar mi rival.


YO: ¿Y por qué no lo hiciste?


ALUMNO: No sé...me daba miedo...


YO: ¿Por qué te daba miedo si veías que llegabas a una buena posición?


ALUMNO: No quería tener material de menos...pensaba que si luego me equivocaba me quedaría perdido...


YO: Pero con la jugada que hiciste en lugar del sacrificio te quedabas peor...


ALUMNO: Ya...pero no me atrevía a hacer el sacrificio...


YO: O sea que prefieres hacer una jugada con la que te ves que te quedas peor a hacer una jugada con la que ves que te quedas mejor, sólo porque no quieres sacrificar. ¿Es así?


ALUMNO: Es que me daba miedo...


YO: ¿Y no te daba miedo hacer una jugada que sabes que no es la mejor?


ALUMNO: Ya...si tenía que haberlo hecho...pero me daba miedo...


Está claro que los sacrificios posicionales son monstruos con cuernos y rabo, afilados colmillos, babosos, malolientes, malignos, perversos y cuya dieta se basa en inocentes ajedrecistas de manos temblorosas. Si no, no se explica porque tantos ajedrecistas huyen despavoridos ante la idea de realizarlos.


Veamos ahora como el inspiradísimo Leinier Domínguez usa el recurso del sacrificio posicional de calidad en su partida de ayer. Podéis ver la partida en este visor de ajedrez.


Caruana,Fabiano (2774) - Dominguez Perez,Leinier (2723) [B90]
FIDE GP Thessaloniki 2013 Thessaloniki (9), 01.06.2013







29...Txb5!! 30.cxb5 hxg3 31.hxg3







Ya hemos expuesto como los sacrificios posicionales de calidad sobre todo son posibles en aquellas posiciones donde no hay columnas abiertas. La posición actual no cumple esa regla, pero obervemos como, a pesar de la existencia de columnas abiertas (c y h) las blancas no pueden luchar fácilmente por ellas.


31...Tc8 32.Tf2 Cfg4


Las tres piezas menores negras encuentran buenas casillas en el ala de rey, mientras que las torres blancas no parecen muy activas. La pregunta sería: ¿qué vale más, el caballo de e5 o cualquiera de las torres blancas? ¿Acaso cada una de las piezas menores del negro vale 3 puntillos? ¿Seguro que cada una de las torres blancas vale 5 puntazos? El jugador que quiere progresar en ajedrez debe familiarizarse con el valor relativo de las piezas.


33.Axg4 Cxg4 34.Te2







Las negras tienen plena compensación por la calidad entregada, gracias a la actividad de sus piezas, su peligroso peón pasado de e4, y la debilidad que presentan algunos peones blancos (d5, b5 y g3)


34...Tc4 35.a3 Af6 36.Aa7 Ae5 37.Rg2 Cf6 38.Tdd2 Tc8 39.Ad4 Te8 40.Te1 Rg5 41.Axe5 Txe5 42.Td4







42...f4


El cambio que se provoca con este avance permitirá al rey negro activarse aún más.


43.gxf4+ Rxf4 44.Txa4 Txd5


Leinier ha conseguido quedar con dos peones pasados y ligados que, junto a sus piezas activas (rey incluído) resultan muy amenazadores.


45.Te2 Txb5 46.b4 Tg5+ 47.Rf1 Cg4 48.Re1 Ce3 49.Tf2+ Re5 50.Ta7 Tg7 51.a4 d5 52.a5 d4







Los peones continúan avanzando y poco puede hacer Caruana para impedirlo.


53.a6 Tg1+ 54.Re2 bxa6 55.Te7+ Rd5 56.Td7+ Rc4 57.Tc7+ Rb3 58.Th2







58...Tg3


Defendiendo el caballo para poder avanzar su peón a d3.


59.Td7 d3+ 60.Re1 Tf3 61.Th1 Cc4 62.Td4 Te3+ 63.Rf2 Te2+ 64.Rg3 Rc3 65.Td8 d2


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