El día que mataron a Bobby Fischer
Publicado el 15.04.13
La tumba de Robert James Fischer, en Islandia
Existen historias que suelen dar paso a la leyenda; acaso, ésta sea una de ellas, aunque las tribulaciones de su personaje, de azarosa vida, con infancia desangelada, juventud turbulenta y senectud entre las sombras, puede despertar miradas que dan pena a la tristeza. El 17 de enero de 2008, Robert James Fischer, in extremis, recibió la tercera y fatal dosis de ese alcaloide amargo y venenoso que se extrae del opio y cuyas sales, en dosis pequeñas, se emplean como medicamento soporífero y anestésico.
La historia oficial señalará que ese día, en su domicilio de la calle Klappastigur 7, en la ciudad de Reikjavik, capital de Islandia, el cuerpo de Robert James Fischer avejentado y vencido, se fue muriendo por partes; lo consumía un feroz cáncer; la morfina que lo evade y le evita los dolores, también lo mata.
Algunas horas más tarde, el certificado de defunción dirá que la muerte se debió a un “Paro cardio-respiratorio agudo”. Tres noches consecutivas de un silencio pactado y de misterios, finalizarán con las primeras horas del 20 de enero (cuando aún en Islandia es de noche) en una ceremonia privada, con sólo cinco testigos: Los Sverrisson (familia cercana a los afectos de Fischer, compuesta por Gardar, su esposa Krisin, y sus dos hijos) y la Presidenta de la Federación Japonesa de Ajedrez, Miyoko Watai, que tiempo después será reconocida comoesposa legítima y heredera de casi 2 millones de Euros que dejó Robert Fischer. A ellos se sumará de urgencia, la figura del padre Jakob Rolland, ya que, según se cree, el cuerpo de Fischer fue enterrado en los terrenos contiguos de la Iglesia Laugardalur, en Selfoss, a 60 Km. de la capital islandesa.
La noticia de la muerte del ex campeón mundial de ajedrez, el norteamericano Robert James Fischer, de 64 años, tomó por sorpresa a la gran mayoría de sus colegas y aficionados. Los principales sitio de Internet y periódicos del mundo no regatearon espacios en el obituario. En definitiva había muerto, tal vez, el más grande ajedrecista de toda la historia.
Las repercusiones en la prensa mundial
>> El rey ha muerto (LA NACION)>> Ciudad en jaque (LA NACION)>> Muere el genio del ajedrez, Bobby Fischer (EL PAÍS)>> Rebelde en jaque perpetuo (EL PAÍS)>> Bobby Fischer, Chess Master, Dies at 64 (New York Times)>> Obituary: Bobby Fischer (The Guardian)>> E’ morto Bobby Fischer (Gazetta dello Sport)Una señal
En octubre de 2008 visité la ciudad de Bilbao invitado a través del diario La Nación, para la cobertura de la final del Grand Slam; un certamen que se adjudicó el búlgaro Veselin Topalov.
Topalov, ganador del torneo vasco
Entre las figuras asistentes, ajenas al certamen, figuraban Susan Polgar y el ex campeón mundial, el soviético Boris Spassky. El hombre que disputó dos matches por el título mundial -
oficial y
oficioso, en 1972 y 1992-, ante Bobby Fischer.
[VIDEO] El Match del Siglo: Fisher VS Spassky (Parte 1 de 6)Spassky y Polgar invitados a Bilbao
Con algún esfuerzo conseguí conversar, por primera vez en mi profesión, con esta leyenda del juego. (
Deportiva); allí hablamos de todo, como sucede generalmente en estos casos. Con charlas en “on” y otras en “off”. Spassky se refirió al tema Fischer y del inescrutable entierro. “Nadie me invitó; con un grupo de colegas entre ellos Lajos Portisch nos reunimos y lo visitamos algunas semanas después de lo sucedido. Me despedí dejándole un ramo de flores junto a la tumba”, dijo con voz trémula.
El match de 1972
Veinte años después, el match de 1992
Spassky, por entonces de 71 años, (actualmente de 75, y tras una turbulenta huida, el ex campeón mundial, luego de haber padecido un ACV, en 2011, abandonó la capital francesa, y desde 2012 reside en Moscú), se trataba de un hombre capaz de beberse todo, incluso hasta las herencias. Me reconoció que aún debía trabajar para mantener su estilo de vida en París. Algo extraño para alguien que en 1992 había cobrado u$s2.500.000, por el match revancha ante Fischer. Pero más extraño aún resultó nuestra despedida; allí, cuidadosamente el décimo campeón mundial midió con la precisión de un gran maestro cada una de sus palabras. Primero con un ademán me señaló que lo acompañara, como si preparara el camino de una rápida salida y lejos de los oídos de otros colegas. Fue entonces cuando la penetrante mirada celeste diáfana, le imprimió más fuerza a sus palabras. Creí percibir aquello del secreto de sus ojos. Su voz con carraspera se volvió apenas audible, y susurró: “Yo siempre recordaré al otro, a Bobby, el de corazón de niño; el más grande ajedrecista y el amigo que más dinero me ha hecho ganar con el ajedrez. A él lo mataron mucho tiempo antes”.
Junto al Rey Spassky en la noche de Bilbao
Sin dudas Spassky me estaba revelando lo que muchos imaginamos; a Bobby Fischer, el fantástico ajedrecista, el que luchó y venció a todos, lo habían asesinado mucho antes que el 17 de enero de 2008. Es que después de romper con 24 años (1948-1972) de hegemonía soviética en el dominio del mundo del ajedrez, Fischer, a los 29 años, apodado Bobby por sus colegas y fans, regresó a su país natal, Estados Unidos, donde fue recibido con Honores. Felicitado por el presidente norteamericano Richard Nixon y su asesor, Henry Kissinger.
Fischer, en su mejor momento; declarado el undécimo campeón mundial
Los festejos norteamericanos en la llegada de Bobby Fischer a su país
Luego fueron años de aislamiento; se refugió entre soledades y sectas religiosas. Invitado por la FIDE para defender su título ante el soviético Anatoly Karpov, Bobby Fischer presentó un escrito de 60 carillas en las que resaltó sus exigencias. Ahora debían ser los soviéticos los que tenían que adaptarse a los caprichos del campeón. El establishment del ajedrez, la fuerte presión ideológica del Kremlin sobre la FIDE, y la compra de voluntades de varios dirigentes terminaron por sentenciar su suerte.
El 1 de abril de 1975 había vencido el plazo para que Fischer aceptara la condiciones impuestas por la FIDE. Tras el silencio, 48 horas más tarde, el presidente de la FIDE, el holandés Max Euwe tomó la decisión: había que eliminar a Bobby Fischer. Por eso, lo despojaron de su corona y el soviético Anatoly Karpov, de 24 años, fue consagrado como el nuevo rey del ajedrez. Hace un par de semanas se cumplió un nuevo aniversario, el 38°, de aquella sentencia que terminó para siempre con Bobby.
Karpov declarado campeón mundial sin jugar
Acaso, como una extraña profecía, Bobby Fischer el que llegó al reino del ajedrez y se elevó hasta lo más alto, también fue traicionado, vendido y por último negado. Pero a diferencia del otro, éste jamás resucitó.
Bobby Fischer, ese excéntrico ajedrecista
Durante más de 20 años luchó contra los ángeles, los demonios y fue perseguido por los fantasmas. Pero eso es otra historia; otra página de Diarios de Ajedrez.
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